El Acto Médico Institucional

Hemos visto hasta ahora, que el acto médico lo puede realizar cual­quier profesional de la salud y mencionamos que el acto médico es dinámi­co, pues bien, el acto médico también puede darse en forma institucional, y debe ser entendido en su amplia dimensión, reconociendo la participación no sólo del médico sino del equipo sanitario involucrado en la atención mé­dica (incluyendo autoridades, personal administrativo, etcétera); cada uno de estos actores juega un papel, un rol determinado por su función, respon­sabilidades y momento de intervención. Por ello debe darse una visión ho­lística e integral, considerando al médico titular del equipo, pero conforme a las dimensiones básicas del acto médico mísmo.”

Por último, el acto médico tiene, como base fundamental, el amor del médico por la vida humana, por el enfermo y por la misma profesión con la cual se ha comprometido; debe desarrollarse con sumo respeto, amor y ab­negación en bien del ser humano necesitado de ayuda en su salud, nuestro paciente. La bondad es la primera de las cualidades que un médico necesi­ta poseer para buscar primordialmente el bien del paciente en todo acto médico. Hipócrates decía a sus discípulos: “Donde hay amor al hombre en cuanto hombre, philantropie hay también amor al arte de curar philotekh­nie considerando así, que “La filantropía -amor al semejante- es la virtud principal del médico”. La compasión en el médico es fundamental, ser sensible al sufrimiento que padece otra persona y compartir el dolor humano. Sin embargo, el médico debe poseer ecuanimidad y ser una persona psico­lógicamente madura para que el sufrimiento de su paciente no lo desequili­bre y siempre conserve la calma y lucidez en su quehacer profesional.

 Doctor Fidel Herminio López López